Cuando viene un referido y deja todo en tus manos con una confianza absoluta, pasan estas cosas.
Ayudar a que todo sea más fácil y rápido.
No se puede evitar sentir la melancolía del que recuerda como empezó todo hace 12 años. Lo que vivió, sintió y deja atrás. Algo hace que la piel se erice cuando no sabes si reír o llorar.
Sensaciones encontradas. La ilusión contra el duelo.
Se presentan el principio y el final y yo en medio de unas paredes que han vivido una historia.
Emocionarte, porque también he formado parte del proceso.
Abrazar a quien despide y tender una mano al que entra.
Procurar hasta el final, que todos estemos encantados de habernos encontrado.
" La vida es un bonito viaje que siempre está por vivir"